5-9-07 – En el más salvaje Oeste…
Me desperté temprano en nuestro Upepo Camp, que esta noche hizo honor a su nombre, y sopló el viento mucho, y creí que se me volaban los vientos de la tienda… Amanecer espectacular. Como siempre Juan e Iñigo se despertaron más o menos a la vez que yo, Luis e Iñaki son más perezosos.
Comenzamos a recoger y levantar campamento. Quitar tiendas, almacenar el equipo, plegar sillas, mesas, hacer cajas, atarlo todo… separar lo que nos llevamos de lo que dejábamos… Un coche vendría desde Losho para llevarse el material de camping y a Charles y Simon mientras nosotros continuamos safari. Nos despedimos de ellos y nos hicimos un par de fotos de recuerdo en la puerta de Sand River. El día estaba frío y nublado, y el viento se mantenía.
Volvimos a ir paralelos a Sand River hacia Mara Bridge, para, desde allí, entrar en Mara Triangle y coger el camino hacia Mara Oeste y Oloololo Gate. Vamos, que nos ibamos a cruzar Masai Mara de punta a punta, de un extremo a otro.
La primera parte la hicimos bastante ligerita y por caminos principales. El día ventoso parecía molestar a los animales, y apenas vimos nada más que miles de ñues por todas partes. Creo que nunca había visto la migración tan desperdigada. Creo que en el camino a Transmara no nos cruzamos con apenas 3 coches, y a partir de ahí cruzamos una grandísima extensión de terreno sin ver a nadie, hasta cerca de la pista de Mara West.
Nos dimos un paseo por la rivera del Mara y vimos decenas de cocodrilos enormes! También muchos grupos de hipopótamos y varias águilas pescadoras. Habíamos quedado con Topo, que venía en su safari con su hermana Elena, el tío Chiky, Luis Miranda y Luis Casanovas. Todo un lujo. Así que no pudimos más que prepararles un expendido aperitivo con jamón, chorizo y lomo ibérico, aceitunas, quesito, vino español y demás delicias, junto a la ribera del Mara y viendo cocodrilos e hipopótamos. El encuentro fue histórico. Tras dar buena cuenta de las delicias del país, ellos se fueron a comer a Kilima y nosotros continuamos el game drive. Esta parte fue la mejor del día.
Siguiendo la ribera del Mara, volvimos a toparnos con el grupo de elefantes de antes, y estuvimos disfrutando de ellos un buen rato. Se acercaban al coche y uno de los pequeños incluso jugaba a amenazarnos, flanqueado por sus hermanas mayores. Después llegamos a un precioso valle repleto de cebras, había cientos de ellas y contrastaban con el verdor de la hierba. Era un grupo grande y desconfiado que había ido a beber al río. El contraste de colores y el ruido… una escena para recordar.
Continuamos y el paisaje se hizo más frondoso y verde, esta zona estaba repleta de elefantes, que se apartan de las llanuras cuando llega la migración. Fue un game drive precioso. Después fuimos hacia Olololo, y nos dispusimos a subir el barranco hacia Kilima Camp. La vista desde ahí arriba es impresionante! se domina la mitad de Mara, y en esta época es espectacular. Probablemente de las mejores vistas de África.
http://www.youtube.com/watch?v=7b2MEeAk95M
Allí arriba estaban de sobremesa, y nos recibieron con gin tonics! Los mukoras fueron corriendo a darse la primera ducha en un par de días y se perdieron el vuelo de apareamiento de una pareja de milanos… También saludé a Dietër Stanley, manager del camp y a quien no veía desde el 2004, en su casa de Nanyku… un tio peculiar y encantador.
Foto: Iñigo Torrens
Aunque hacía algo de viento y el atardecer pintaba frío, fuimos a dar un paseo por los alrededores, los dos Luises (Miranda y Casanovas), Topo y yo, acompañados de un par de masais. Vimos alguna cebra y alguna gacela despistada. La vista del campamento y de Mara debajo, al atardecer ha sido de pelicula.
Al volver al campamento los mukoras andaban jugando al mus. Tras una buena ducha hemos estado tomando alguna cervecita al fuego y hemos disfrutado de una cena deliciosa. De postre nos esperaban Fred y Juan con guitarra y saxo y nos han dado un concierto muy especial. Supongo que a varios centenares de metros bajo nosotros, en el Kitchwa Tembo, el campamento que está por debajo de Kilima, lo debieron de flipar en colores…
Mañana dejamos Mara… mi único consuelo es que se que volveré…
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