Si se me apareciese un genio en este justo momento y me concediera tres deseos, sin ninguna duda los tres serían estar ahora mismo en las llanuras de Ndutu.
Estas llanuras están situadas en el Área de Conservación de Ngorongoro, al Sur del Parque Nacional de Serengeti. Un emplazamiento estratégico y con un paisaje muy cambiante según la estación del año. Si se cruzan de julio a octubre parece un auténtico desierto, un secarral sin hierba en el que apenas hay alguna gacela despistada. Cuando paso por esta zona en temporada seca y les cuento lo que hay a principios de año, la gente no se lo cree. Esta es la zona además de la garganta de Oldupai, la cuna de la humanidad.
Sin embargo en esta época del año es un auténtico espectáculo. El verdor del paisaje es impresionante y los montes que le rodean son un marco incomparable, al igual que las paredes del cráter del Ngorongoro y los valles que suavemente descienden hasta las llanuras. En ésta época en la que estamos es probablemente el mejor momento para visitarla. De febrero a abril está la Gran migración de lleno, formando enormes columnas en sus desplazamientos y tapizando el verdor de la pradera. Además tiene lugar la Gran Paridera:
La gran paridera: En apenas 15 días nacen alrededor de 200.000 crías de ñúes. Un espectáculo único, y como siempre en África, con dos caras. Por un lado la cara de la vida, por el otro el de la muerte, ya que es un auténtico festín para carnivoros y carroñeros, que tan solo tienen que esperar a que la cría caiga al suelo para abalanzarse a por su presa. Vida y muerte siempre van de la mano en África.
Entre sus maravillas, en esta época, Ndutu tiene licaones, los perros salvajes africanos que son unas terribles y precisas maquinas de cazar. Muy difíciles de ver en el Norte de Tanzania, abundan en esta zona en esta época.
Fotos: Asilia
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