Hacía tiempo que tenía pendiente postear este texto de Tai. Es su visión del safari que hicimos hace ya más de un año…
Fecha: Marzo y abril de 2010
Lugar: Nakuru, Masai Mara y Loita Hills; Kenya
Cámara: Nikon D5000 18-55m
Safari organizado por: Topo Safaris
El historiador y periodista Ryszard Kapuscinski escribió:” Me gustaría transmitir lo que fue África. Nunca experimenté nada así. África tiene su propia personalidad. A veces es una personalidad triste, a veces impenetrable, pero siempre irrepetible. África era dinámica, era agresiva, estaba al acecho”
Ahora yo misma me encuentro en la misma situación que él puesto que intentar explicar como son los rostros de África es una misión mucho más compleja de lo que me había imaginado en un principio. Cuando pienso en esos días en África se me vienen a la memoria infinidad de sonrisas, miradas de curiosidad, expresiones de sorpresa…Tanto niños como mayores te estudian con la mirada, sorprendidos , y experimentas por primera vez la sensación de ser tú la protagonista, la que debería estar el punto de mira del objetivo. Mientras intentas sujetar bien tu cámara, mantener el pulso y graduar el zoom, esos ojos te miran preguntándose interiormente que es lo que tienen de especial, si la diferente eres tú. Con una extraña hospitalidad te observan y tu presencia se convierte en una fiesta; una fiesta que rompe con la monotonía del calor y la tranquilidad africana. Ni los ruidos de la zona, ni las carreras y los gritos de los niños, llaman tanto la atención como uno mismo en ese mercado masai que conocimos antes de descubrir la maravillosa zona de Loita. Por primera vez entiendes que ahora has dejado de tener tú el control de todo y que aquellas formas occidentales de buena educación o cortesía que tanto te habían enseñado no son válidas. Sólo la mirada sincera y una sonrisa es lo que conquista a la gente africana; de nada vale tus riquezas, tu nombre o tu nacionalidad, si no te acercas a ellos con el amor y el respeto de algo que aún desconoces, pero que sabes que es bueno y que te dejará prendado para siempre.
No sé donde leí que en África no había fronteras, ni siquiera entre la vida y la muerte. Pues bien, es cierto, África es sin lugar a dudas el único lugar del mundo en el que todavía te puedes sentir libre: libre para andar, para ser tu mismo, para descubrirte. Delante de las verdes colinas de Hemingway y las extensas llanuras de Karen Blixen, la vida cotidiana toma otro sentido y aprendes a dar a cada cosa su justa importancia, puesto que, como decía Rousseau, hay mucha diferencia entre viajar para ver países y para ver pueblos, eso mismo te enseña África: A entender que hay detrás de cada expresión, de cada tradición, de cada cultura….valores como el honor, la valentía, la hospitalidad o el sentimiento de comunidad renacen una y otra vez en la vida masai, valores que en occidente hemos tergiversado o peor aún, perdido.
La vida en si misma cobra importancia, porque en este inmenso continente se vuelve sencilla y bella. Merece la pena por el mismo hecho de vivir, y así los más felices son los que llevan poco peso, los que viajan en este gran camino de la vida ligeros….Así es África, un lugar en el que se tiene todo y nada, donde una gesto amable, un amigo fiel, una cena compartida o el primer año de un niño toman vital importancia.
Acabo compartiendo una experiencia tan personal como sincera sobre mi valoración de este viaje. En palabras de Mark Twain, “He descubierto que no hay forma más segura de saber si amas u odias a alguien que hacer un viaje con él”. Pues bien, en mi caso, nuestro safari me ha servido para reafirme en lo primero, hacia la persona que me ha llevado a África en particular, y a los que me han acompañado y a los que he descubierto en esa tierra en general. África es ahora una pasión que crece cada día más y más, no sólo por sus tierras y por sus gentes, sino por todo aquello que ha provocado en mí y me ha hecho ver y sentir. Gracias Paco.
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